(fragmento)
«… Seguía con los ojos cerrados pero ya me era imposible volver a conciliar el sueño, notaba la suave brisa sobre mis pezones, estaban duros y tenía muchas ganas de acariciarlos. De repente me di cuenta que algo no encajaba, había sonidos en el ambiente que no me parecían lo normal, debería reinar el silencio total, un escalofrío recorrió mi cuerpo al sentirme como en una habitación oscura donde sabes que no debe haber nadie más que tú y en cambio tienes la sensación de estar acompañado. Abrí el rabillo del ojo y advertí una figura masculina en el borde de la piscina, estaba de espaldas así que abrí los ojos para verle bien. No llevaba camiseta, tenía una espalda bronceada y bien marcada, brazos fuertes pero no exagerados y estaba descalzo, sólo vestía un pantalón vaquero roto que le hacía un culo bastante apetecible. Entonces me di cuenta, yo sólo llevaba la parte de abajo del bikini, ¿cuánto tiempo llevaría viéndome las tetas? Mi primera opción fue seguir haciéndome la dormida, aunque me di cuenta enseguida que no era buena idea ya que cada vez estaba más excitada y en algún momento tendría que levantarme de allí…así que opté por despertar completamente y saludar. Él se giró y devolvió el saludo, pero volvió a lo suyo, me quedé sorprendida. Quizá no se hubiera fijado en mis tetas tanto como había fantaseado. Me mordí el labio, ahora quería provocarle pero no sabía como así que fui directa a la ducha de la piscina a refrescarme un poco, cerré los ojos y dejé que el agua me recorriera de arriba abajo, empapándome entera por fuera, por dentro hacía rato que lo estaba. Él me miraba, de eso no cabía duda, aunque seguía recogiendo las hojas de la piscina como si yo no existiera; mire hacia su entrepierna y ahí estaba el bulto que lo delataba. Estaba empalmado. Con una sonrisa triunfal entré a la cocina y salí con una jarra de limonada y un vaso con hielo. Me senté y bebí un vaso despacio, pero sin pausa, estaba sedienta, tanto que me metí un hielo en la boca y empecé a jugar con él, lo cogí con los dedos y lo pasé por mis labios, ardían de deseo sólo con mirarle. Fui deslizando el hielo por el cuello sin dejar de mirarlo, ahora él también me miraba. Cerré los ojos mientras seguía descendiendo con el hielo cuando noté su aliento en mi nuca, antes de que dijera nada cogió todos los hielos del vaso y puso su mano sobre mi pecho, lo envolvió entero haciéndome estremecer.
-Así que la hija de la jefa es una chica mala-
Exhalé, pero no fui capaz de decir una palabra coherente.-No sabía que mi madre tuviera un empleado que calentara tanto el ambiente- dije.
-Eres tú la que lleva provocándome un buen rato, ahora pretenderás que te folle, ¿no es así?
-Aquí mismo, por favor.-Madre mía, ¡estaba desatada!
Con la mano llena de hielos fue bajando por mi vientre hasta meterla dentro del bikini, aun estando de espaldas fui lo suficientemente hábil para meter la mano por su bragueta y tocar la inmensa erección que aguardaba ahí dentro. Movió su mano dentro del bikini, yo estaba deseando que me tocara, ¡pero no! Soltó los hielos allí dentro y sacó la mano.
-Estás empapada ehhh- …»
… ¿os gustan los relatos acuáticos?
Muy muy excitante! Pfffff… Muchísimo 😉
Muy llamativo, dominas el tiempo, el suspense, el juego y todo parece tocable en tus cuentos…
Bravo.
Me gusta ver que algunos lectores vais «más allá» y captéis las sensaciones que transmiten los relatos.
Gracias